La obra de Andrea Pasos (Mérida, 1993) parte de preguntas, pesadillas y encuentros ficticios pero las respuestas nos las deja a los espectadores que en nuestros mares de confusiones y certezas proyectamos nuestro inconsciente en las expresiones de sus personajes y de sus ambientes. Andrea busca permanente en un ritual pictórico pero silencioso y expresionista, de colores y técnicas diversas, siempre regresando al origen del laberinto para crear otro interno.