Emilio Salazar Touché, egresado del arte underground

enero 05, 2023

Nacido en la Ciudad de México, Emilio Salazar Touché ha vivido en Mérida desde que era un adolescente. Era el tipo de niño que siempre estaba dibujando, y sus amigos aún lo recuerdan con un cuaderno y un lápiz en la mano. Las primeras influencias de Emilio fueron pintores como Gabriel Ramírez Aznar y Manuel González. La obra de los muralistas Siqueiros y Orozco también tuvo un profundo impacto. Describe el origen de su carrera, sin embargo, en el momento en que encuentra un libro sobre el artista Pedro Coronel en la biblioteca de su universidad. Ninguno de sus compañeros de diseño industrial prestó atención al libro, pero Emilio se sentaba y lo hojeaba cada vez que podía. Su carrera como pintor comenzó en serio después de terminar sus estudios. Como no había escuela de arte en Mérida en ese momento, Emilio y muchos otros jóvenes artistas de su generación fueron puramente autodidactas. Un grupo de ellos decidió empezar a organizar exposiciones por sí mismos, en sus propias casas, a su manera. Este fue el nacimiento de un colectivo de artes visuales alternativas llamado Deisy Loria, un personaje que inventaron, su “maestra de arte”, como una forma de validarse como artistas a pesar de su falta de educación artística formal. Emilio participó en tres de estos misteriosos eventos subterráneos y los considera cruciales para el lanzamiento de su carrera. En 2014 fue un año histórico para Emilio, ya que realizó su primera exposición individual, Mirtiforme, en la Galería Municipal de Mérida. La muestra incluyó sus exploraciones iniciales de la pintura figurativa, pero también obras en las que comenzó a agregar elementos abstractos, representando lo que se encuentra debajo de la piel: músculos, células, formas orgánicas. El proceso de profundizar capa a capa en la figura y en la abstracción ayudó a definir su lenguaje pictórico. Este paso adelante, el salto definitivo a la abstracción, marcó su carrera para siempre. Emilio llama a su trabajo neo-abstracto y cree que los jóvenes artistas yucatecos pueden construir sobre el trabajo de la generación Ruptura para crear nuevas formas de abstracción. A lo largo de los años, ha definido y perfeccionado su estilo único, llamativo e inconfundible. La filosofía de este artista es clara: cada cuadro indica el camino a seguir, aunque siempre hay accidentes creativos inesperados y descubrimientos que abren nuevos caminos y vías de desarrollo. Emilio está trabajando actualmente de una manera completamente nueva en una serie que él llama Metanoia. El proceso es 100% visceral e instintivo; ya no esboza un esbozo de las formas como siempre lo hacía antes; en cambio, sintiéndose libre de estructura, simplemente fluye con la pintura. Lo describe como la sensación de tener una revelación mística. “Alguien dijo una vez”, parafrasea, “que la pintura manda. Nosotros, los artistas, somos solo un medio”. En cuanto a sus planes para avanzar en su proceso creativo, “mi único plan es la perseverancia y la dedicación a mi trabajo”. Fuente: Yucatán Magazine

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