La obra de Emilio Said es un todo que muta cada vez que es mencionado. Drástico en su proceso de condensación conceptual, el artista fusiona técnica, longitud y potencia. El resultado bordea el minimalismo de formas puras. Disciplina lograda por la vía negativa: belleza por sustracción. Detectamos el método, fórmula o directriz matemática. El flujo rítmico que conecta los nodos. Expandir los alcances de la obra y sus discursos mediante el tránsito o diálogo constante entre pintura, gráfica, instalación y objeto. El fenómeno posee varias capas. La decisión de omitir el mundo y sus principios, el entorno y sus distracciones, otorga un enfoque atemporal que neutraliza la obsolescencia programada y ondula sobre planos abstractos. Sitúa los fines a un nivel trascendente. Sus artefactos exhiben constelaciones de torbellinos. Inevitable atracción de la profundidad. La simbiosis entre concepto y forma, idea y cuerpo, se vincula a procesos de identidad y metamorfosis. El caos resuelve dudas a su paso. Segundo a segundo, la flecha conquista nuevos territorios: un instante de vértigo metafísico. Destellos de materia implosiva. Fuga y ausencia. Esquirlas alrededor. La obra despunta por lo que vemos y, sobre todo, por lo que imaginamos. Como el gato de Schrödinger. Sus postulados afirman una cosa y la contraria. Juegan con el concepto de verdad, esa bola de estambre. Todo es relativo.

Cada pieza constituye un discurso autónomo, una salida que alimenta a las otras y estructura la propuesta dotándola de un sentido significativo al generar una polifonía. No se abomina el caos, sino la falta de perspectiva de quien transita su propia oscuridad. A menudo se exige que el artista elabore un discurso, un manifiesto, la lista del supermercado en su portafolio creativo, pero a veces también puede apelar a una maniobra inversa. Valerse del silencio como un mapa. Susan Sontag afirma que el silencio o el vacío producen algo dialéctico: una forma de diálogo, un lenguaje. La flecha en estado puro. Al mismo tiempo que evoluciona, Emilio Said deja estelas. Documenta la intuición del vacío con el mínimo de recursos. Lo intangible flota en el área de impacto. Siempre rodeado de huellas y símbolos inquietantes, ideogramas y códigos, antes de entrar en la nada. Esa pulsión es lo que somos, lo que dejamos atrás. Lo que nos distingue para integrar, a su vez, una nueva cadena de sucesos aleatorios. Creemos ser razonables cuando atravesamos el caos y la noche. Lo mismo si contemplamos las estrellas, lo mismo si examinamos el átomo. A cualquier escala, desde cualquier arista, el mismo paisaje. Materia cósmica o partículas elementales, la oscuridad nos corroe. Por lo pronto, esto. Este arsenal de flechas. Esta jauría frenética de dardos. Tiroteo de abstracciones radicales.

Sede: Galería Secreta (29 de septiembre de 2022)