En el centro del derrumbe no hay espacio para la duda. Sólo la acción y el instinto pueden volverse herramientas de supervivencia contra la lluvia de fragmentos de una realidad que colapsa ante nuestros ojos. El momento del impacto está cerca con la luz de cinco soles. Después, el silencio y su fuerza avasallante. El cráter: la imagen de lo abismal. Pero esto ya ha ocurrido antes. Una vez más danzamos alrededor de la hoguera dejada por el meteoro; leyendo las estrellas, dispuestos a germinar de nuevo valiéndonos del caos como fuente primigenia de vida, como combustible para mantener la llama encendida. Las obras que habitan el Cráter son la aportación lumínica de cada uno de los artistas, que han descendido a sus profundidades, y en un acto de alquimia han articulado un ser que le devuelve la mirada al abismo. Son ellos, con sus voces autónomas, quienes han transformado hoy al cráter en crisol, caldero, recipiente y fuente de luz; punto de encuentro y portal hacia un cúmulo de universos posibles. La muestra propone reflexiones en torno a los estratos que conforman el tiempo; los procesos de continua transformación de la materia y el territorio habitado; y finalmente el caos, sus poéticas y ficciones. Samia Farah, enero 2023.